Trascendió que el domingo pasado Anilú Ingram y Miguel Ángel Yunes Márquez sostuvieron una reunión con la militancia de ambos partidos, en conocido hotel del Puerto.
En la reunión «chiquiyunes» se dio cuenta de que no más no cuaja entre la militancia priísta, tanto él como Anilú no tienen peso real entre los seccionales del PRI porteño, por lo que la familia porteña terminó calificándola como una pérdida de tiempo.
Lo que sorprendió a estos últimos, es que les pidieron dejaran sus celulares en la entrada, algo que nunca antes habían experimentado en sus reuniones partidistas, además de que les pidieron acudir al evento con playera blanca, por aquello de las viejas disputas y linchamientos del clan yunesco.
Cuando tocó al hijo del exgobernador tomar el micrófono se cuenta que aplicó “la vieja confiable”, pues prometieron posiciones y puestos de relevancia en el ayuntamiento porteño, estrategia que los panistas han experimentado de primera mano, pues los terminan mandando a puestos “cutres” y los “chidos” dejándoselos a sus amigos fresas y familiares.
