La saxofonista Elena Ríos lanza un nuevo comunicado donde da más detalles de la agresión sexual que vivió cuando el actor Tenoch Huerta se quitó el condón sin consentimiento de la oaxaqueña y que aú sigue viviendo tras ser atacada por alzar la voz.
Y es que cabe recordar que tras denunciarlo públicamente, Tenoch declaró que las acusaciones supuestamente eran falsas pues mantuvo una relación con Elena y “todo fue totalmente consensuado”, a lo que la saxofonista le respondió dejando en claro que lo que dijo es una técnica de intimidación en su contra.
“Los actos consensuados en un inicio no determinan que sigan siéndolo todo el tiempo porque quitarse el condón sin avisar, es un delito de agresión sexual y en inglés se le conoce como ‘stealthing”, se lee en el texto.
De acuerdo con lo expuesto por Elena, el actor está siendo protegido por lo que ella llama “Secta” que funge como colectivo de nombre “Poder Prieto”, a través del cual lo conoció y que actualmente realizan actos de opresión y ataques en su contra, sin embargo, no es el primer caso y, gracias otras compañeras que se le acercaron, se dio cuenta que maneja el mismo modus operandi desde hace años.
“Es un modus operandi que Tenoch ejerce de manera normal desde hace años y que consiste en buscar mujeres vulnerables emocionalmente, hacerlas sentir admiradas, enamorarlas, ganarse su confianza, utilizarlas como trofeo sexual y de manera abrupta deja de comunicarse y desaparece, en ocasiones vuelve a buscarlas pero solo para tener s3xo”, especificó.
Y efectivamente así fue como logró mantener una relación con ella, pues la saxofonista cuenta que tras ser atacada con ácido y convertirse en sobreviviente de un feminicidio en grado de tentativa, ella intentó reinsertarse en la sociedad, incorporándose a “Poder Prieto, a través del cual asistió al “Primer Festival Prieto”, donde conoció al actor, pero no fue hasta marzo de 2022 que se reencontró con él y comenzó a cortejarla.
Pero lo que parecía ser color de rosas, se convirtió en un martirio para ella, pues empezó a ejercer sobre ella diversos tipos de violencia como el gaslighting (que es un patrón de abuso emocional en el que la mujer es manipulada a tal grado de duda de su propia percepción, juicio o memoria) y el Pity Play (que es otro modo de violencia a través de la cual el agresor distorsiona la verdadera historia para culpabilizar a la otra parte), esto sin mencionar la agresión sexual que sufrió, pues pese a que mantenia intimidad consensuadamente, no consentía el hecho de hacerlo sin condón.
